Soy San Lorenzo de Mario Benigni

No te enganches

Por: Pablo Vasco Artecona
07/04/2015

San Lorenzo volvió a perder contra River nuevamente por la mínima con gol del mismo verdugo de la Recopa, el uruguayo Carlos Sanchez. El equipo de Bauza no jugó bien, aunque al final pudo empatarlo. Sin mucho tiempo de lamentos, San Lorenzo deberá reponerse contra Independiente en la próxima fecha y sacar un buen resultado en Brasil cuando enfrente al Corinthians para seguir con vida en la Copa.

No hay margen para realizar grandes balances, todo es así de efímero en la vida de San Lorenzo que el Domingo de Pascuas volvió a caer con River Plate en condición de visitante.

Más allá del sinsabor que dejó la nueva derrota en el clásico, corto es el tiempo que tendrá el conjunto azulgrana para revertir su pálida imagen y reponerse de este traspié.

El equipo del Patón tuvo un buen comienzo de partido en donde parecía que iba a tomar el protagonismo del juego, dominó en los primeros minutos y hasta tuvo en pies de Franco Mussis un centro que jamás llegó a conectar Matos, cuando el arquero de River, ya estaba vencido en el piso. Después y con el correr del encuentro, el equipo de Boedo empezó a retrasar sus líneas hasta darle al local las riendas del juego, que en el comienzo del segundo tiempo marcó la diferencia y luego hasta pudo ampliarla.

Con el marcador adverso y fundamentalmente con el ingreso de Leandro Romagnoli, el Ciclón se hizo cargo de atacar y pudo empatarlo, pero se encontró con un Barovero muy seguro, fiel a su estilo.

En fin, San Lorenzo dejó tres puntos en Núñez que duelen, pero que no deben desviarlo de sus objetivos en curso, ya que el torneo es largo y la idea es seguir peleando desde arriba. En la copa en cambio, es un mano a mano en donde cualquier golpe puede significar el precipicio. Por lo pronto se debe seguir como hasta ahora, sabiendo que ni después de Lanús se era el Barcelona, ni ahora está todo terminado. Después de todo, aún se está con vida en ambos frentes y eso es algo que debe valorarse y defenderse hasta el último instante en medio del proceso, sin demasiado tiempo para penas ni glorias pasajeras.