Rubens Navarro dialogó con Soy San Lorenzo y, en vísperas al cumpleaños 107 de la institución de Boedo, recordó su llegada al club. “Vino el Bambino Veira a ver a Franchescoli. Se equivoco de día y fue a la cancha de Bella Vista, tuvimos un rendimiento muy bueno. Por la mitad que salía Enzo, el club compró a Bueno, Sosa y a mí”, contó.
El uruguayo, quien llegó al Ciclón en 1983, comentó su experiencia vistiendo la azulgrana: “Éramos un plantel muy joven, Perazzo, Insúa, Rinaldi… la mayoría menor a 21 años y jugábamos contra Trossero, Villaverde y compañía. Somos recordados sin haber sido campeones, significa que algo bueno dejamos. Si el sistema de puntos era como el de hoy (en ese entonces eran 2 unidades por victoria), el campeón era San Lorenzo. Ganamos más partidos que Independiente que era el mejor del mundo”, graficó.
El delantero elogió a la parcialidad santa: “Cuando debuté oficialmente en el Amalfitani, estando en el micro rumbo al estadio, con Husillos abríamos la ventana para ver a los hinchas y era algo imponente, no podíamos avanzar por la cantidad que había. Era emocionante ver al hincha de San Lorenzo”, destacó el autor de 12 goles en 97 encuentros en el Ciclón.
Navarro se emocionó al recordar el día de la obtención del máximo logro continental: “Pude acceder a la final de la Copa Libertadores. Vi a muchos ex compañeros de San Lorenzo y glorias del club como el Sapo Villar y Buttice. Ese día fue emocionante, una vivencia increíble”, describió.
El ex puntero izquierdo dio conceptos sobre el equipo de Edgardo Bauza: “San Lorenzo fue muy sólido. Salió campeón sin brillar, teniendo como figuras a Piatti y Correa. Se dependía mucho de Mercier y Ortigoza, que no son generadores de fútbol”. Y agregó: “Ortigoza es insustituible en este equipo. De apoco van mejorando y consiguiendo resultados positivos”, concluyó.