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Actualidad

San Lorenzo rompió el mito

Por: Prensa SCH CASLA
11/06/2016


Sí que se pueden llenar estadios y provocar fervor popular en Buenos Aires. Con un equipo identificado con sus colores y su público, el Ciclón mostró que la naranja es también pasión en la región metropolitana. Escribe Juan Ballesteros, conductor de La Liga Debate.

Llegó para revolucionar La Liga. Desde el inicio, cuando se supo que

San Lorenzo jugaría en la máxima categoría, el impacto fue

inmediato. Por su historia, por su nombre, por la presencia de

Marcelo Tinelli detrás del proyecto. Y enseguida, las contrataciones

realizadas sumaban ambición con Penka Aguirre,

Walter Herrmann, Marcos Mata y Julio Lamas incorporándose al

equipo.

Su público fiel se sumó enseguida a la aventura. Llenó desde el

primer partido la cancha de Obras, donde jugó inicialmente como

local, y luego trasladó toda su euforia al mítico Etchart, que

desbordó de pasión en la serie ante Bahía Basket, que le dio el pase

a la final del torneo.

Mito roto. El básquetbol sí prende en Buenos Aires. Con esfuerzo se puede. Claro que hacen falta condiciones: si el proyecto es

ambicioso, si la gente se siente identificada con el equipo, si se trabaja para acercar público al estadio, si desde la dirigencia se

motiva para acompañar. Todo eso pasó en San Lorenzo.

Su hinchada empujó con todo a un plantel que se caía en el cuarto final ante los bahienses y, desde ese apoyo pocas veces visto en la historia de La Liga, se produjo una remontada que desató la locura.

Mito roto. El básquetbol sí prende en Buenos Aires.

San Lorenzo llenó desde el primer partido la cancha de Obras y luego trasladó toda su euforia al mítico Etchart.

En los ratings televisivos y en los partidos de visitante, también se percibe el éxito que tiene la institución de Boedo en su experiencia liguera. Cada vez que se emiten sus partidos en pantalla, la audiencia crece exponencialmente respecto de otros cotejos, mientras que las peñas del interior del país apoyaron cada salida a la ruta de los de Julio Lamas.

San Lorenzo es pasión. Desde dos horas antes del cuarto partido ante Bahía Basket, camisetas azulgranas

merodeaban el Etchart, los puestos de hamburguesas y choripanes se llenaban para alimentar a los hinchas llenos de ansiedad y la entrada al estadio se asemejaba a las

grandes noches del Nuevo Gasómetro. Todo en medio de mucha tranquilidad para que el básquet, como siempre, sea un deporte de la familia que se acerca a disfrutar.

Tras jugar el Torneo Nacional de Ascenso, busca el gran objetivo: el título en la máxima categoría que está a sólo

cuatro partidos de ser logrado. Ya tiene la clasificación a la Liga de las Américas. El otro paso será volver a ser local en su sede del barrio de Boedo. Algunos hasta se

ilusionan que algún encuentro de la final se dispute allí. Habrá que esperar para que el barrio entero se encolumne detrás de un partido de básquetbol.

Eso sí, tras los méritos acumulados a lo largo de la temporada y, por ser un club tan grande, siempre se espera más del Ciclón. El Etchart, desbordado, mostró también problemas organizativos, con accesos complicados, controles sin ninguna información que confundían a la

gente, fueron falencias a mejorar para la final que se viene.

La llegada de San Lorenzo provoca un aire de esperanza para esta Liga que busca incorporar nuevo público a sus

estadios. Sea campeón o no, su temporada ya logró un título clave: aportó mucho al desarrollo de una competencia que busca reformularse para crecer, siempre, un poco más.

Por Juan Ballesteros

Gentileza Prensa Liga Nacional



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