Actualidad
Operación triunfo
Sin su doble cinco emblema y con su goleador entre algodones, el averiado San Lorenzo enfrentará en la final del torneo al mejor equipo del campeonato, el Lanús de Almirón con todas sus figuras. ¿Podrá el amor propio cuervo vulnerar la calidad técnica del equipo granate?
San Lorenzo salió a jugar el último partido de su zona, con un oído en San juan, y los gritos santos propios y ajenos, no se hicieron esperar. Por su parte, lejos de hacerle fácil los trámites al equipo de Guede, Banfield (tal cual lo anticipamos la semana pasada), salió a jugar su partido y lo hizo muy bien, tanto que le ganó el medio a un impreciso San Lorenzo y pudo generar un circuito de fútbol con Erviti y compañía que aprovechaban a la perfección Gio Simeone y Silva. Fue así, que el equipo visitante encontró la ventaja que merecía en el marcador cuando promediaba el primer tiempo.
Cuando expiraba la primera etapa (más con amor propio que con fútbol), Blanco aprovechó un corajeada de Buffarini que Blandi pivoteó en el área, para empardar el partido. De ahí en más, ya en el segundo tiempo la prudencia jugó su propio pulso y tanto San Lorenzo como Banfield más allá de alguna acción de riesgo para cada uno, parecieron ir acomodándose al empate final. Luego llegó el gol de Montagna desde el Hilario Sánchez y San Lorenzo pudo aliviarse, más por la mano extra que por la propia.
¿Y ahora qué? Pasada la euforia transitoria, el Ciclón vuelve a la realidad de tener que enfrentar en la final al equipo del momento. ¿Por qué? Tiene a Monetti, un arquero sólido que alcanzó su mejor nivel; porque posee centrales fuertes como Braghieri y laterales con mucha técnica que pasan al ataque y tienen un buen remate. Porque tiene además, un mediocampo equilibrado por Miguel Almirón que combina velocidad con categoría y un Román Martínez que hace todo bien con la pelota en sus pies; dos wines por afuera a la vieja usanza como son Lautaro Acosta y Pablo Mouche que obligan todo el partido al desequilibrio y llenan de centros a su gran goleador y emblema, José Sand que encima anda derecho con el arco.
Su técnico Jorge Almirón es inteligente y audaz en sus propuestas, aunque lo que quizás uno pueda llegar a objetarle es el exceso de confianza. El ex DT de Independiente alegó: “En un torneo regular hubiéramos sido los campeones, estamos muy confiados porque además no jugamos la final contra el equipo que debió haber ganado la otra zona” (en referencia a Godoy Cruz). Polémico, no solo porque ensalza al equipo de Sebastián Méndez como superior al de Boedo (algo entendible desde su apreciación personal), pero sobre todo porque minimiza la campaña de San Lorenzo que ganó siete partidos consecutivos en la recta final y a rivales de jerarquía. Declaraciones un tanto apresuradas, subestimando a un grupo que sumará su séptima final en los últimos tres años, entre torneos naciones e internacionales.
Pero bueno, “las finales se ganan” reza un saber popular y cuando empiece a rodar la pelota el Domingo 29 de mayo a las 16:15 horas en el Monumental, no habrá mereciómetros, ni puntuación por buen juego, ya que las finales están llenas de otras cosas, que sería muy difícil desmenuzar en un simple análisis. Los nervios, el temple, la experiencia, el aplomo y otros factores psicológicos y extra futbolísticos serán también de la partida.
Lo cierto es que contra todos los pronósticos y aún en condición claramente de punto, San Lorenzo enfrentará al equipo de todos (el Lanús que gana, gusta y golea). A pesar de todo eso, el equipo de Boedo solo piensa en sus propias armas cargadas de amor propio, mística y algo de fútbol que después de todo, también posee alguno de sus intérpretes.
En fin, el equipo de Guede se subirá al ring a retar al que todos consagraron campeón de antemano, algo que parece apresurado antes que la pelota empiece a rodar. “Los pollos no se cuentan antes de que nazcan” y humildemente entiendo que a los del Sur, ya le están dando el título antes de jugar la final, algo que los manuales de prudencia no aconsejan y uno que ha visto a San Lorenzo un par de veces levantarse de sus cenizas, tampoco.
Más notas
» San Lorenzo entró a Sudamericana, pese al agónico empate de Sarmiento
» Positiva presentación en el Gigante de Arroyito ante el candidato Central
» Partidazo de San Lorenzo y gran triunfo ante Riestra
» Prueba de carácter superada en Tucumán
» Inesperada caída contra el San Martín de San Juan de Pipi Romagnoli