Soy San Lorenzo de Mario Benigni

Actualidad

Un cambio interno

Por: Pablo "Vasco" Artecona
26/04/2016


San Lorenzo la pasaba mal y no hacía pie en la cancha contra un Huracán que lo asfixiaba, le ganaba la puja en el medio y lo lastimaba en los últimos metros, entonces vino la orden del capitán y el equipo se acomodó.

Por suerte San Lorenzo tiene un capitán y técnico adentro de la cancha y se llama Nestor Ortigoza, quien no solo juega al fútbol como dicen los manuales, sino que además ordena y lee el partido con una sensibilidad envidiable. Promediando el primer tiempo cuando el equipo no la pasaba bien, lo miró a Mussis y le dijo:”Vos andá de 8, yo armo el doble cinco con el Pichi, y nos paramos 4-4-2”. 

Demás está decir, que San Lorenzo se acomodó mejor y llegó a tener su mejor versión de este esquema con Barrientos en cancha cuando llegó al tanto que le dio la victoria.

El técnico de afuera, Pablo Guede, se sentó y solo pudo observar pasivamente como la orquesta sonaba sola, con la música que mejor sabe tocar.

Para agregar al respecto, podríamos señalarle al actual coach una muy buena con el ingreso de Barrientos por Mussis (el cambio de Pitu que ganó el partido) y otra muy mala con el ingreso del chileno Paulo Díaz en el medio campo, en reemplazo de Sebastián Blanco a 20 minutos del final, lo cual retrasó peligrosamente al equipo.

Las cartas de ahora en más ya están sobre la mesa, porque el equipo juega prácticamente de memoria, guiado por sus líderes positivos dentro de la cancha, lo cual ha significado y no es menor, el resurgimiento en materia de resultados. Por otro lado, Guede el dueño de la Ferrari, ya entendió que mientras no haga locuras, el auto no va a dejarlo a pie y andará en piloto automático.

La cuestión a esta altura es clara, y es que esta remontada vino de adentro del grupo “Campeón” y no del tacticismo revolucionario que proponía este proyecto en un comienzo. En hora buena que haya llegado este cambio, aunque haya sido con una receta vieja que alguna vez lo puso en lo más alto de América.

Aunque haya errado el penal del clásico, la gente manifestó con su: “Gordooo, gordooo” que apoya a muerte a este capitán y que con este grupo de mil batallas va a la guerra. Poco importan ahora las altruistas tácticas o estrategias de Pablo Guede, el hincha sabe que está de nuevo en la pelea, solo por el amor propio de estos muchachos que una vez más han salido del barro para ir a tocar el cielo con las manos.



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