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¡Ciclón a la Copa!
Con goles de Echavarría, Rodríguez y Pescio, San Lorenzo venció 3-2 a Boca en la Superfinal y se clasificó a la Libertadores 2021. Un nuevo objetivo cumplido.
Las luces del techo del Multideportivo de Ferro rebotan en los ojos brillosos de Tomás Pescio. Los goleadores y los goles se retroalimentan constantemente. Se necesitan el uno al otro. Es por eso que después de que Mosenson le quitara un doble remate, el delantero de San Lorenzo busca en el aire viciado una bocanada de aliento. Un empujón que le haga pasar el gusto amargo para levantarse y pasar la mala racha. Y la vuelve a pedir. Y lo vuelve a intentar. "Confío mucho en mí. Cuando no puedo, sé que el gol va a llegar", dirá después. Un rato después.
¿Después de qué? De que la chapa indica un 2-2 parejo. Muy parejo. En un primer tiempo con mucha ida y vuelta, San Lorenzo se puso en ventaja con un lindo remate de Felipe Echavarría pero rápidamente Boca iba a empatar en una jugada fortuita que Thorp remató, rebotó en Pescio y fue gol en contra. Minutos después, con los dos equipos cargados de infracciones, Vidal firmaría el 2-1 para Boca desde una sexta falta y a los 20 segundos, Rodríguez, también de doble-penal, empataba el marcador.
Y ahí llega el después. Cuando la pelota y la vida te hacen sentir el sabor de que sí. De que siempre hay revancha. Y la redonda queda boyando en el área después de que Vargas luche para que le quede a Pescio, que frunce el seño, cierra los ojos y la empuja fuerte y seguro a la red. Ya no mira al cielo, sino que se queda en el piso, y no mira las luces porque parecen enfocarlo solamente a él.
Pero la historia no tendría un final feliz sin antes tener que calzarse el overol y luchar. Aferrarse a la ventaja ante un Boca que se venía con arquero-jugador pero un San Lorenzo que ponía a Stazzone en la cúpula y, con corazón, defendía lo que era suyo. Tuvo algunos remates desde lejos que pudieron liquidar el encuentro mucho antes pero el destino lo quiso así, con la mirada en el rival esperando el sonar de la chicharra para festejar. Porque el 3-2 deposita a San Lorenzo en una nueva Copa Libertadores. Y automáticamente viene el delirio: el capitán marca el sonar de la canción. Los compañeros lo siguen: "Daleeee Sanloréeee, queremoooos la cooopa". Y la ilusión se trasluce desde lejos en unos rostros que no paran de cantar.
FUENTE: PRENSA CASLA
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