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Futsal Semifinalista
Después de empatar 2-2 (Rodríguez y Salgues) ante Pinocho en tiempo reglamentario, San Lorenzo se impuso en los penales por 4-3 y consiguió el pasaje a semifinales del Torneo de AFA. Ahora se viene Hebraica.
San Lorenzo fue puro alma y corazón. Por momentos jugó bien, en otras padeció a un durísimo rival, pero si obtiene el pasaje a semifinales es por nunca claudicar. Porque el aliento de la tribuna se trasladó al campo de juego y el Ciclón alcanzó su primer objetivo: meterse entre los mejores cuatro del torneo. Fue 2-2 en tiempo regular y tras una apasionante definición por penales, el equipo de Antonelli se impuso 4-3 y sacó boleto a la próxima instancia.
El que golpeó primero fue Pinocho: a pesar de que San Lorenzo tenía el dominio y las chances más claras, Gauna aprovechó una jugada aislada: gambetó por la izquierda, definió cruzado y abrió el marcador. En un principio, el Ciclón se impacientó y en afán por empatar se puso impreciso y le costó lastimar a un rival que cada vez defendía más atrás. De todos modos, Lucas Bolo tomó la pelota en la mitad de la cancha, le puso paños fríos a la situación y encontró un pasillo interno donde Rodríguez esperaba en soledad. El Galle abrió el pie derecho, acomodó la pelota junto al palo y la chapa quedó 1-1. El gol fue un envión anímico y San Lorenzo cerró la primera mitad con más intensidad. instalado en campo rival y con la esperanza de poder llevarse la victoria.
El entretiempo no se interpuso en el empujón del Ciclón que salió al complemento decidido a llevarse puesto a Pinocho. Y de tanto empujar, Salgues robó en un lateral defensivo del rival, encontró a Freddi adelantado, definió por arriba y puso el 2-1 en el marcador. Un golazo que desató el delirio azulgrana. Con la ventaja en el bolsillo, la situación parecía estar controlada, porque el visitante no encontraba las formas de penetrar el rombo que proponía San Lorenzo, se cargó de faltas y cada vez se desesperaba más. De todas formas, en otra jugada aislada que no coincidía con el desarrollo del encuentro, Riente encontró mal parado a Steccato, remató cruzado y empató la historia a falta de un minuto para el final. Y aunque el equipo de Antonelli volvió a intentar, no hubo margen para hacer mucho más y la serie de cuartos de final se definió por penales.
La primera decisión del cuerpo técnico fue dejarle la responsabilidad de atajar a Luka Benyik, un juvenil de la cantera azulgrana de tan sólo 18 años, pero sobrado de personalidad y talento. Por eso le contuvo el primer tiro a Vatter, y tras los aciertos de Bolo y Quintairos para San Lorenzo y Caviglia y Riente para Pinocho, la posibilidad de liquidar la historia la tenía Rodríguez. El Galle intentó definir fuerte y arriba, pero Freddi adivinó la intensión y la chance del triunfo se postergó un poco más. La tanda siguió con dos goles más: Rolón y Stazzone. Pero en el quinto penal, Benyik se volvió agigantar: Francini disparó con cara interna al palo izquierdo, el 1 del Ciclón estuvo rápido con las piernas y se quedó con el remate. La definición quedó en manos de Taliercio, que se tomó su tiempo: primero amagó, después decidió y tiró al medio. Claro, el arquero de Pinocho ya se había decidido a su palo derecho y la pelota cayó a merced de la red. Delirio total en Boedo: desde los hinchas, a los jugadores. Todos un mismo sentimiento. Los corazones latiendo en una misma sintonía.
Y ahora se viene Hebraica, otro difícil rival, por lo que será importante aprovechar estos aires de triunfo para ir con todo por el pase a la final. Las ilusiones están intactas. A darle un poco más de ruedo.
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